Cuando escribimos un artículo, montamos un video, preparamos una charla o cualquier otro formato en el que creamos material, a menudo nos nutrimos de publicaciones existentes. A veces son ideas o conocimiento lo que traemos, mientras que otras veces copiamos literalmente imágenes, texto, snippets de código fuente… En ambos casos es muy bonito cuando citamos explícitamente la fuente de conocimiento, las personas autoras del contenido o al menos las que lo han divulgado. Puede que no sepas de quién es originalmente un contenido o una idea, pero siempre sabes de quién lo has aprendido, de qué URL has traído la información. Es un gran gesto de reconocimiento que anima a seguir generando contenido, ya que en muchas veces lo hacemos por amor al arte, por las ganas de compartir, poniendo tiempo sin cobrar ni un céntimo a cambio. Ya que, no cobramos nada, el mejor premio es que alguien se inspire para crear su propio contenido, incluso tomando prestado una parte de contenido y lo reconozca abiertamente. Si no hay una licencia explícita que prohíba la reproducción total o parcial del contenido, se entiende que el contenido tiene copyright de la persona que lo ha hecho; no se puede copiar sin su permiso. Si la licencia es abierto como pasa con GPL, entonces hay que citar la fuente y la autoría. En cualquier caso, aun pudiendo copiar, lo correcto es citar la fuente para que no parezca un plagio. Es plagio cuando copias una parte del contenido, típicamente gran parte del mismo y publicas como tuyo, sin más. Cuanto más grande sea la porción de texto que copies, más fácil es que la persona que lo hizo se moleste y se sienta plagiada. Me ha pasado un par de veces que algunas personas han expuesto en ponencias ejemplos de código de repositorios de código fuente míos sin ningún tipo de referencia (que quizá ya alguien había copiado a otro lugar, con lo cual eran copia de copia). No es que fuera el código fuente maestro del algoritmo de la fusión nuclear, era un código de ejemplo simple. Ahora bien, pensar en ese ejemplo y asegurarme de que era suficientemente pedagógico me llevó tiempo. Fue extraña la sensación de ver mis ejemplos en otras presentaciones sin ningún tipo de mención a la fuente, pese a que imaginaba que no había ningún tipo de mala intención. Si pensara que era malintencionado, mi sensación sería muy mala. Es como si ese contenido no hubiese requerido ningún esfuerzo creativo, además de parecer que se lo había currado quien estaba exponiendo. Lo peor de todo es que quizá me acaban acusando de plagio a mí por mi propio material. Me hubiera gustado mucho que la persona me hubiera citado, que hubiera dicho lo que aprendió conmigo o lo que aprendimos juntos. Sería una recompensa por mis contribuciones. Además, haría más fuerte el vínculo entre nosotros, porque yo me sentiría más animado a difundir el trabajo de la otra persona, a aprender de ella, y, por supuesto, a seguir creando.

A veces copiamos imágenes con diagramas, snippets de código o utilizamos code katas como si las hubiera creado alguna especie de IA, como si todo se hubiera puesto online de manera voluntariamente anónima para el dominio público. No es así, todo el mundo necesita reconocimiento profesional y lo menos que podemos hacer es decir claramente de dónde vienen el material que estamos utilizando. Cuando utilizo una kata para formación me gusta poner la URL donde la he encontrado y si me sé el nombre del inventor o inventora, lo digo. Ese reconocimiento además tiene un efecto red, ayudará a la autora a tener más visibilidad, a encontrar clientes o un puesto de trabajo mejor. Es un gesto de gran ayuda para quien crea el material, puesto que es la oportunidad para recuperar la inversión.

Entiendo perfectamente que es de humanos errar, que se nos puede olvidar poner los créditos en alguna publicación. Le puede pasar a cualquiera que toma contenido de varios lugares y luego no tiene claro de dónde vienen las cosas o se olvida de ponerlo. Todo el mundo se puede equivocar. Típicamente, la gente no tiene la intención de plagiar deliberadamente. Puede hacerse por despiste o por falta de sensibilización. Yo mismo en el pasado he usado un gráfico sin atribución a la web de donde lo cogí. Hoy en día estoy mucho más sensibilizado con el tema. Te aseguro que si has dedicado un par de horas a currarte un ejemplo de código y luego lo ves en otras publicaciones sin ningún tipo de atribución, te molestará. Ahora bien, las veces que me he sentido “plagiado” o “no reconocido”, he hablado en privado directamente con la persona para hacérselo saber, en lugar de ir corriendo a Twitter y acusarle de plagio para que todos los haters y trolls de la red le caigan encima y traten de hundir su reputación.

Mi consejo: ten generosidad y muestra agradecimiento hacia las personas de las que aprendes cosas, indicando claramente las fuentes de donde traes ideas o materiales, porque es la mejor forma de demostrar lo que te aportan. Si te sientes víctima de plagio, intentar hablar con la persona responsable en privado antes de denunciar públicamente.