Ahora mismo estoy escribiendo un libro nuevo que probablemente se llamará Código Sostenible. En los primeros capítulos aclaro que probablemente no haya ninguna técnica “original” mía en el libro, sino que se trata de técnicas, principios y heurísticas que aprendí en otros libros o de otras personas. Es un remix de muchos otros libros aliñado con mi experiencia aplicando estas técnicas, todo contado desde mi perspectiva. ¿Qué valor tiene si no es un texto con contenido 100% original mío? Pienso que mucho, porque el valor de los textos está tanto en el contenido como en la forma de exponer. Cualquiera que cuente desde su propia experiencia, con sus propias palabras, ya está siendo original. El aporte está en la peculiaridad de cada persona y su forma de escribir. Si no fuera así, solamente habría un libro sobre álgebra, solo uno sobre cálculo, solo uno sobre programación con Java… sin embargo de cada género hay decenas, centenas o miles de libros. No hay dos libros iguales aunque el género sea el mismo al igual que no hay dos personas iguales.

El valor que yo aporto escribiendo este libro es:

  • La forma de contarlo.
  • Las historias que incluyo.
  • Mi punto de vista basado en mis experiencias, corroborando o rechazando ideas de otras personas.
  • Mis propias recomendaciones.
  • Las personas a las que invito para la supervisión y el gran valor que aportan con sus comentarios, los cuales tienen gran influencia en el resultado.
  • Los ejemplos de código que selecciono o invento para el libro.
  • El hilo conductor junto con la selección de contenidos que decido incluir y descartar.
  • La selección de lenguajes de programación.
  • La importancia, el peso o la profundidad que decido darle a cada tema.

Si sumamos también el valor que aporta la posterior difusión de los contenidos y las relaciones que se crean entre las personas que contribuyen al libro o que se reúnen para leerlo juntas, no me cabe duda que escribir un libro merece la pena. Sucede lo mismo con cualquier contenido creativo o artístico como un cuadro, una canción, una película, un juego…

La forma en que nuestra cultura avanza es copiando, filtrando y modificando a través de las lentes de cada persona. Copiar no es malo, es necesario. Ahora bien, una cosa es copiar y otra es plagiar, son dos cosas muy diferentes. Si tradujera un libro existente de otra persona y le pongo mi nombre como autor, estaría plagiando. Igual que si tomo una canción existente y me limito a cambiar un par de palabras de la letra dejando todo lo demás igual. Un libro que explica muy bien la diferencia entre copiar y plagiar así como el proceso creativo es Steal like an artist. Es muy bueno y se lee en un par de horas.

Todo esto es para animarte a que escribas tu libro, tu canción, tu poema, tu newsletter, a que hagas tu podcast, pintes tu cuadro, hagas tus videos, montes tu curso… en fin, que no necesitas permiso de nadie ni tienes que inventar la penicilina para darte el permiso de contar lo que te apetezca.