Compararnos con los demás levanta un muro que nos separa de ellos. La narrativa de comparación que está dentro de tu cabeza es una de crueldad cuando considera que tú eres mejor que los demás, porque entonces les sitúa a ellos como inferiores. La otra cara de la moneda es la narrativa mentirosa que dice que alguien es mejor que tú porque él o ella tiene algo que tú crees no tener. Alguna habilidad o capacidad que tú crees no poder alcanzar. Es mentira. Lo que sea que pueda hacer otra persona, también lo puedes hacer tú. Francamente, es poco realista que vayas a correr tan rápido como Usain Bolt, pero si te pones a correr todos los días lo harás cada vez más rápido. Correr a diario te convertirá en corredora o corredor.

Si cuando ves o escuchas a una persona “de éxito” te invade una sensación negativa, es porque tu narrativa interna está comparando y diciéndote que tú no eres capaz de hacer lo mismo o que no posees las cualidades suficientes para intentarlo. Es por eso que a algunas personas “les caen mal” otras que son admiradas y reconocidos e incluso buscan la forma de desprestigiarles o buscarles “fallos”. Es el sentimiento de inferioridad que provoca la voz interior que infravalora. Es todo una mentira, tienes la capacidad y el talento para hacer cualquier cosa que te propongas. No te compares, trátate bien y aprovecha para inspirarte en lo que admiras de los otros.