Un poco de contexto

Hace más de 13 años que no como nada de carne ni de pescado. Algo que en realidad quise hacer desde siempre pero mis padres no me dejaban. Dejar la carne fue muy fácil para mi porque nunca me gustó. No me gustaba el jamón serrano, nunca pude comer visceras, y practicamente solo comía pechuga de pollo y algo de cerdo muy hecho y con mucha salsa. Así que para mí admito que dejar la carne fue tremendamente fácil, fue casi un alivio. Pero entiendo que para aquellas personas que les gusta la carne poco hecha con sangre en el plato y que lloran de emoción cuando ven una pata de jamón serrano, dejar de comer carne sería todo un mundo.
Hace 2 o 3 años decidí dar el salto a vegano porque me informé más. Ví documentales, leí libros y descubrí que comiendo lácteos y huevos industriales estaba causando practicamente el mismo daño que comiendo carne. Cuando me informé y vi vídeos de granjas y de mataderos me sentí muy mal por no haber dado el paso antes. Me invadió la ira, me enfadé con el mundo por hacer lo que los humanos les hacemos a los demás seres vivos y durante un tiempo fuí intolerante hacia los no veganos y me irritaba mucho con las bromas típicas que me hacían los demás por no comer carne. Fuí extremista y agresivo. Este comportamiento es dañino para el que lo padece, para los demás y para el veganismo. Cualquier radicalismo dentro de un moviemiento hace que pierda fuerza y credibilidad ante los demás porque se percibe como dogma, cono una religión. No importa que lo que haya detrás sean hechos reales como la vida misma, una actitud intolerante provoca resistencia y una guerra que no lleva a ningún sitio.
Con el tiempo fuí suavizando mi actitud y siendo más capaz de ponerme en el lugar de los no veganos. Dejaron de afectarme las bromas fáciles de siempre y dejé de pensar que todo el mundo debía ser vegano. Digamos que acepté las cosas tal como funcionan. Ahora soy un vegano más feliz y que como efecto secundario de ser respetuoso y tolerante me he dado cuenta que sin buscarlo, hay más gente a mi alrededor que toma conciencia de sus elecciones a la hora de comer. Siento que me respetan más. No juzgo a la gente por lo que come, no me meto en la vida de nadie, no me opongo a sentarme a la mesa con platos de carne de los otros comensales, y agradezco cualquier gesto de amabilidad y de respeto hacia mi decisión de comer y vestir vegano. En lugar de dar peso a la negativo, se lo doy a lo positivo. Celebro los pequeños avances de conciencia que vamos viendo en la sociedad. Me inspiro en otros veganos que son amables y creativos como Guillermo Latorre. Y en veganos heróicos como Igualdad Animal, que con sus investigaciones están dando a conocer la verdad de la industria, dando voz a quienes no la tienen.
Hay mucho trabajo por hacer y muchas discusiones que se repiten una y otra vez, por lo que me apetecía escribir mis pensamientos a día de hoy para quitármelos de la cabeza y poder remitir a la gente a este post en lugar de repetir conversaciones.

Consumo consciente

No hace falta que todo el mundo sea vegano pero es imprescindible que la población mundial reduzca el consumo de carne porque el planeta no puede sostener este ritmo. Esto no me lo estoy inventando yo, la ciencia nos dice que es imposible aguantar este ritmo. Hay mil sitios donde podemos leer el impacto de la industria cárnica en el planeta como por ejemplo Cowspiracy Facts.
La mayor parte de la vida de mis abuelos y de su generación, sólo se podía comer carne unos meses del año. Se engordaba al cerdo durante el año, se hacía la matanza y se comía carne hasta que se terminaba el embutido. Sólo los ricos podían comer carne con más frecuencia. Lo que se hace hoy en día en el primer mundo de comer carne tres veces al día los siete días de la semana es algo sin precedentes en la historia de la humanidad. Es un disparate que las autoridades sanitarias ya han advertido. Así que realmente no es raro plantearse dejar de consumir carne unos cuantos días de la semana sino que es más sano y es más que necesario para el planeta. No solo para las demás especies animales y el entorno natural sino para los humanos en el tercer mundo que sufren las consecuencias del estilo de vida que tenemos en el primer mundo.

Recomiendo estar informados sobre lo que ocurre en las granjas y en los mataderos porque esta es la única forma en que podemos cambiarlo. La industria cárnica nos manipula por interes económico. En general la industria de la alimentación nos manipula y solo con un consumo consciente podemos hacer que esto cambie. Así que es recomendable ver los vídeos de las granjas, saber cómo funcionan los mataderos y saber qué hay en nuestra comida.
A menudo me encuentro personas que dicen que me entienden y que no les gusta que los animales sufran, pero que prefieren seguir comiendo carne y no ver ningún documental. Esta actitud donde tu corazón te dice una cosa pero tu cabeza te dice otra totalmente diferente, no puede ser sana. Creo que esta discordancia es uno de los motivos de que haya personas que intenten desacreditarnos a los vegetarianos o veganos para sentirse bien. Creo que es porque esas personas en el fondo se sienten mal consigo mismas. En muchos casos esas personas no cambian sus hábitos porque la industria e incluso los médicos desinformados les dicen que para estar sanos deben seguir comiendo carne. Por eso creo que es tan importante informar y estar informados. Para que la gente pueda elegir de verdad libremente, sin la presión de la industria y de la sociedad desinformada. Más adelante hablo del tema salud.

Con conciencia de consumo adecuada, aquellas personas de poder adquisitivo pueden por ejemplo comprar carne de animales que han vivido en total libertad, felices. Y no nos engañemos, no es barato. Una pata de jamón pata negra de bellota puede costar entre 1000 y 4000 euros. Sólo tienes que imaginarte el coste que tiene criar a un cerdo en esas condiciones para entender que pueda valer este precio.
Si te gusta mucho esta carne y tienes un gran sueldo, ¿por qué invertir tu dinero en un jamón industrial? Consumo consciente y responsable.
Sin ser jamón serrano, me consta que hay otros productos de origen animal no industrial con unos precios mas asequibles.

Particularmente no como carne ni siquiera de este origen porque despues de tantos años sin carne, la idea de comerla me da mucho asco. Algo ha mutado en mi cerebro y comer carne de un animal sería para mí tan repugnante como comer carne humana. Incluso aunque no lo fuera, me tira para atrás el funcionamiento de los mataderos.
Por desgracia la ley no permite matar a los animales en el lugar donde viven con medios que evitasen el sufrimiento como un tiro en la cabeza. La ley obliga a ir al matadero donde los animales pasan allí 24 horas de pánico presenciando la muerte de los que van delante y despues la agonia de una muerte lenta y cruel cuando les llega el turno. Los mataderos funcionan por kilos de carne que sale por hora. Con esta métrica lo que menos importa es si el animal está vivo o muerto cuando llega al despiece. Simplemente se le despieza lo más rápido posible. Es mucho peor que una película de terror.

El autoconsumo es una opción de comer carne que probablemente sea la más humanitaria. Criar al animal en las mejores condiciones, darle buena vida y luego darle una muerte rápida, sin dolor y sin miedo. Esto lo puede hacer gente en los pueblos que tenga el amor suficiente para criarlo en las mejores condiciones y el desapego suficiente para matarlo de un solo disparo o golpe.
De hecho el autoconsumo es la única excepción que hago en mi dieta, no con la carne sino con los huevos. Aún no tengo gallinas, que las tendré pero mi vecino si que tiene unas cuantas gallinas sueltas. No se dedica a la venta sino que son para autoconsumo y cuando tiene de sobra se los compro. Si me lee algún vegano dogmático me quitará el “carnet de vegano” cuando lea esto, pero no me importa (no existe tal carnet, es una forma de ilustrarlo).
El día que mi vecino se dedicase a la venta de huevos dejaría de comprarlos porque en el momento que hay negocio, los animales se convierten en mercancía y el cariño y el respeto se esfuman. Por eso no compro huevos de supermercado ni que ponga que son de gallinas sueltas. Hay mucho tongo con los supuestos huevos de gallinas sueltas. Tampoco como huevo fuera de casa, al desconocer su procedencia real. Si hay negocio de por medio, no quiero participar.

A pesar de mis convicciones aplaudo a la gente que se gasta el dinero en carne y huevos de animales sueltos, especialmente cuando conocen a los ganaderos y pueden ver por ellos mismos que los animales viven bien. Porque se trata de minimizar los daños, de ser coherentes y de intentar hacerlo lo mejor posible dentro de las posibilidades de cada cual.

Para entender cómo funciona la industria cárnica y darse cuenta de la manipulación a la que somos sometidos, recomiendo el libro de Melany Joy. A mi me marcó ese libro. Sin embargo me ha sorprendido hablar con personas que lo han leído por recomendación mía o de otra persona y me dicen que todo eso que pasa es en Estados Unidos y que aquí no pasa eso. Y con ese argumento niegan la realidad. Gracias a las investigaciones de Igualdad Animal sabemos que en España ocurre lo mismo y en Inglaterra y en Bélgica…. y en todos sitios, porque el negocio convierte a los animales en cosas. Este año en el programa de televisión Salvados pudimos ver un reportaje sobre todo esto.

Ser vegano no es más sano, pero tampoco es nocivo

Igual que existe la manipulación de un lado, puede haberla desde el otro. Quien dice que la dieta vegana o crudivegana es la ideal, creo que no tiene suficiente información. Sinceramente el humano ha sido omnívoro desde siempre y por eso no creo que la dieta vegana sea la mejor. De hecho tenemos que suplementarnos con vitamina B12.
Para comer bien hay que currarse más la cocina, ocuparse de comer bien y esto es un esfuerzo sobre todo al principio. En mi caso además soy ectomorfo, entreno fuerza e hipertrófia y busco ganar masa muscular. Me resulta más difícil llegar a las cantidades diarias recomendadas de proteína que si comiera carne porque soy de poco comer con lo cual muchos días no llego a los 1.6 gramos de proteína por kilo que se recomiendan para ganar masa. Es decir si en lugar de comer alrededor de 120 gramos de proteina diaria, hay dias que me quedo en 90. Pero tengo muy claro que por encima de mi aspiración deportiva y estética está mi voluntad de no hacer daño a los animales, ni al planeta ni a otras personas. Tengo mis prioridades claras.
Ojo, hay muchos veganos que consiguen fácilmente la ingesta de proteina requerida para ganar mucha masa muscular. Existen alimentos vegetales altísimos en proteína como la soja y sus derivados poco procesados como tofu y tempe. También otros menos populares como los altramuces, judías, garbanzos, lentejas, salvado y copos de avena, frutos secos, cacao, espirulina… no es un problema obtener proteína. Y en cuanto a los batidos de proteína suplementarios, las combinaciones de proteinas vegetales como soja, guisante, arroz y cañamo son una alternativa completa a los batidos de proteína de procedencia animal. Hay grandes atletas veganos que demuestran que ser vegano no es un impedimento para lograr cualquier meta.
Llevar una dieta vegetariana o vegana tiende a ser muy saludable porque comes más fruta y verdura que en otras dietas y suele ir acompañada de más hábitos saludables. Supone un nivel de conciencia distinto que te sugiere adoptar también otros hábitos saludables como dormir más y hacer deporte. Y te da la satisfacción de que estás un poquito más en paz con el medio ambiente, de que no tienes nada que ver con el holocausto animal que está ocurriendo cada día.
Así que es importante desmitificar la dieta vegana y la vegetariana tanto a la hora de exagerar sus beneficios como a la hora de demonizarla. Si tus comidas son adecuadas y te suplementas de vitamina B12 no tienes ningún problema de anemia ni deficiencias de ningún tipo. Mis analíticas despues de 13 años sin carne ni pescado son estupendas y mi rendimiento entrenando mejor que nunca.
Y por supuesto, si fumas o bebes alcohol o sufres mucho estres o duermes poco, lo último que debería preocuparte es la dieta vegetariana. La cadena se rompe por el eslabón más débil. Recuerda la coherencia y el sentido común.

Respeto

Aquellas personas que deciden reducir el consumo de productos animales, están haciendo uno de los esfuerzos más nobles por el bien del planeta. Se merecen un respesto. No importa si tu dieta es vegetariana y ellos comen carne dos veces en semana, no son el enemigo. No importa si tu dieta es vegana y ellos vegetarianos, no son el enemigo. Cualquiera que esté consumiendo de manera consciente se merece un respeto. Los demás tambien, pero lo que trato de decir es que hay que animar, recompensar y reconocer a quien ya está andando el camino. Tender una mano. No tiene ningún sentido que el vegano vea al vegetariano como el enemigo. Aquí el único enemigo son las mentiras, la desinformación, la indústria y su falta de escrúpulos.

Los argumentos típicos sobre si los veganos matan mosquitos o si las plantas sienten y estos se las comen, están fuera de lugar. Por encima de todo está la supervivencia de cada uno. Hemos venido a luchar por sobrevivir, salvo aquellas personas que se suicidan que por desgracia son muchísimas. Y por tanto, aunque recozco que las plantas sienten, no voy a morir de hambre por ello. Pienso que este tipo de argumentos buscan desacreditar a los que consumen de manera consciente para hacer sentir mejor a los que los utilizan. No hace falta desacreditar a los demás para justificarte. Haz lo que creas conveniente y respesta a los que están haciendo algo por el planeta y comen menos carne. Le están haciendo un favor a tus hijos y a tus nietos. Si eres una persona inteligente sabes que son discusiones sin sentido. Puede que hayas tenido una mala experiencia con algun vegano dogmatico. Lo siento, es una persona que todavia está en una fase inmadura y está en proceso de aprendizaje. Si insistes con esos argumentos, los que ya se encuentran en un punto mas avanzado del camino no van a molestarse con tu actitud, simplemente te van a ignorar. No vas a encontrar información enriquecedora ni útil por esa vía.

En cuanto a las tradiciones, yo las entiendo perfectamente y las respeto. Pero también me gustaría que se entendiera que pueden resultar excluyentes. Hay ciertos eventos de mi sector a los que no voy porque no quiero encontrarme con un cochinillo en la mesa a la hora de comer, por ejemplo. Yo se qué dicen que está muy rico de sabor, que es una tradición, etc… pero para mí es una imagen extremadamente explícita del holocausto al que están sometidos estos animales. Un animal como el cerdo que es más inteligente que un perro y que comparte mas del 90% del genoma nuestro, que es apartado de su madre… es rememorar un drama que conozco bien. Y en un evento técnico no veo la necesidad de rememorar ese drama. Así que yo respeto la tradición y la entiendo, pero no deja de ser repelente para quienes no la comparten. Hay momentos para la tradición y momentos en los que no toca meter la tradición. Y me refiero a las tradiciones gastronómicas. Todas las demás tradiciones que tienen que ver con tortura de los animales no tienen ya hoy en día ninguna justificación plausible. Fueron parte de nuestra historia, está bien que las recordemos pero no son parte de nuestro futuro.

Conclusión

No es tan difícil entendernos si todos ponemos de nuestra parte. No desde el rencor, el juicio o el miedo. Sino desde la ciencia, el amor y el respeto. La sociedad está cada vez un poquito más concienciada. Existe mucha desinformación en internet y muchas mentiras, pero aún así la tecnología nos está permitiendo avanzar hacia un estado de conciencia más profundo. Poquito a poco estamos cambiando a mejor.